Nacida en Soledad, Estado Anzoátegui, Venezuela. Ha publicado Las fieras se dan golpes de pecho (1975),
Vuelvo con mis huesos (1978), Vértice del círculo (1987), Este silencio, siempre (1991) obra que
recibió primera mención en el Concurso de Poesía "José Ramón del Valle Laveraux" y Tanta nada para tanto infierno
(1994). El eminente poeta dominicano José Alejandro Peña ha escrito sobre la poesía de Teresa Coraspe: “Vitalísima
poesía la suya, hecha con la pureza de todos los elementos que la componen. Su fuerte radica en la concentración de imágenes
sueltas, pero hermanadas en la discreción de un sentido que se percibe distante, oculto en el revés del signo y que es revelado
por el signo.”
Ella se columpia al borde del vacío
Ella se columpia al borde del vacío interroga si ha llegado el tiempo
de perderse entre huellas mudas y borradas imprecisas marcas de un pie deforme
Sus manos calcinadas intentando un rayo de arcoiris cuenta viajes y presencias que no sabe
si existen o son tortura de una mente enferma Ella se derrumba se
levanta sobrevuela el cansancio emprende rutas de olvidos y torturas
donde una ola negra la recubre bebe un extraño licor ácido
Un río de perdido olvido desanda el hilo que tejió al revés Ella sueña con senderos
de aguas un lugar donde no haya sílabas mordidas cruel espantapájaros que atraviesa
mi espalda.
Ciudad Bolívar, 3 de agosto, 2004
Gravito, me deslizo
Gravito me deslizo estoy donde nadie puede oirme
Existo en la medida de una pared vacía otros espacios internos me cohabitan fantasmas
confusos me persiguen busco refugio
entro afuera llueve y tiemblo
31.7.2004
Tu silencio, ¡oh noche! es inmortal
Tu silencio, ¡oh noche! es inmortal como los dioses
no envilezcas mis sentidos con este desgarrado insomnio aclara tu faz de impentrable
sello.
1 de agosto, 2004
Hojas secas como de olvido permanecen fijadas
Hojas secas como de olvido permanecen fijadas a las crudas paredes del recuerdo
detrás de viejos jardines y flores muertas donde un día la vida les dio color:
era el tiempo donde la espera fue el breve instante
de los juegos el silbido del viento detrás de la casa
detenida ante el rio donde las aguas se confunden
con las breves escaleras de piedras
que era el patio Allí también las sombras que aún persisten rostros imprecisos
la sangre entre las venas
yo recuerdo: ella venía del tiempo del siempre entre las aguas venía
de la ternura y de las Hadas y las Brujas Ella venía saliendo entre las piedras
Venía de siembras multicolores
ella venía yo la recuerdo.
31.7.2004
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